Hermanos y Padres
Desde los orígenes de la Orden, existen dos formas complementarias de vivir la misma vocación, Hermanos y Padres.
Los Padres están llamados a una soledad más prolongada y su vida transcurre la mayor parte del día en su ermita. La vida eremítica de los Hermanos, por el contrario, se ve atenuada por los trabajos y servicios indispensables en la vida de la Comunidad que realizan fuera de la ermita.
Vida Fraterna
El cartujo no es un eremita total ya que vive en el desierto con los hermanos que comparten con él su búsqueda de Dios y con los cuales se encuentra en momentos y días establecidos. Todos los domingos y fiestas los Padres y Hermanos tienen un rato de recreación comunitaria y esos días almuerzan juntos en un refectorio común. Además, una vez por semana hay un largo paseo por los campos y montañas de los alrededores de la cartuja. Se da en estos tiempos de recreo fraterno el afloramiento visible, sobrio y simple, pero intenso, de la dimensión de unión de corazones, inherente a toda soledad verdadera y fecunda.